Plan de intervención para movilizar rápidamente apoyo ante una afluencia de migrantes y el uso de simulaciones para capacitar a los equipos de intervención correspondientes.
La Unidad de Gestión de Desastres de la Cruz Roja Libanesa elaboró un plan de intervención que incluye la recepción de doscientas familias en tres horas. En efecto, en 2015 el Líbano debió hacer frente de forma repentina la afluencia de doscientas familias, a las que ningún agente estaba preparado para acoger. Las enseñanzas tras esta experiencia dieron lugar a la elaboración de un plan de intervención. El plan cubre las necesidades de los migrantes durante una semana como máximo, incluido un alojamiento adecuado. La Cruz Roja Libanesa ha reservado fondos para sufragar la primera semana, período durante el cual se intentará encontrar una solución más permanente con un asociado u obtener fondos adicionales. La Cruz Roja Suiza respalda la creación de capacidad logística para desplegar el plan a nivel de la oficina central en las regiones necesarias. Durante simulaciones de tres horas, se adiestra a los equipos para establecer una zona de acampada para albergar a doscientas familias durante una semana. El proceso de planificación para imprevistos a medio plazo apunta a crear capacidades e infraestructura para prepararse mejor en caso de emergencias y asumir las tareas que se describen en el Plan nacional de intervención. Como parte de dicho plan, la Cruz Roja Libanesa ha suscrito previamente tres acuerdos para acelerar la ejecución: 1) con el municipio y las autoridades locales a fin que indiquen un zona específica para establecer el campamento; 2) con los hospitales locales y/o el departamento médico-social, para que presten servicios de salud (incluida la preparación de los bancos de sangre a cargo de la Cruz Roja Libanesa); 3) con panaderías y proveedores locales para que suministren alimentos durante una semana.
Durante la afluencia de migrantes en Finlandia en el verano de 2015, la Cruz Roja Finlandesa logró ampliar la escala de las operaciones de gestión, y de seis centros de acogida se pasó a ciento seis. Para lograrlo, se movilizaron las capacidades de intervención de urgencia a partir de la lista de delegados internacionales, el Centro de Logística, la red de voluntarios y el apoyo ciudadano. La acción rápida es posible gracias al alto nivel de preparación para esta eventual situación , a las funciones establecidas previamente y a los acuerdos suscritos con las autoridades. Los voluntarios recibieron un conjunto de directrices claras sobre la configuración de los centros de recepción. A continuación los voluntarios se ocuparon de la gestión de los centros, hasta que se contrató personal permanente.
- A pesar de los planes de intervención, la realidad de la situación requiere información actualizada y firmeza.
- Cada filial debe tener una modalidad específica de acuerdo con sus necesidades (la situación que más probablemente pueda ocurrir en su región).
- Las directrices claras y listas de control son herramientas esenciales que permiten que los grupos de voluntarios puedan, de manera autónoma, ser capaces de configurar los servicios requeridos.
